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¿Conocés al Rocky Balboa de los océanos?

La mantis shrimp, o camarón mantis, es una maravilla evolutiva que fascina a científicos y amantes de la naturaleza por igual. Aunque su nombre pueda engañar, este pequeño crustáceo no es ni mantis ni camarón. Habita en aguas tropicales y subtropicales, y su tamaño puede variar desde unos pocos centímetros hasta cerca de 30 cm en algunas especies.  Uno de sus rasgos más impresionantes es su sistema visual. Los ojos del mantis shrimp son considerados entre los más sofisticados del reino animal. Con hasta 16 tipos de receptores de color, estos ojos pueden detectar diez veces más color que un ojo humano, incluyendo la luz ultravioleta e infrarroja. Esta increíble capacidad cromática les ayuda no solo en la detección de presas, sino también en complejas interacciones sociales con otros de su especie.  Pero no se detiene ahí. Sus garras son armas mortales. Dependiendo de la especie, estas garras pueden ser 'aplastadoras' o 'espigadas'. Las primeras son capaces de romper con facilidad el caparazón de sus presas, como cangrejos y moluscos, mientras que las segundas se lanzan a velocidades fulminantes, similar a la bala de un arma, para aturdir o ensartar a sus presas.  Lo más sorprendente de todo es cómo, a pesar de su tamaño modesto, el mantis shrimp ha adaptado estas especializaciones para dominar su hábitat. Los científicos continúan estudiando a este crustáceo no solo por curiosidad, sino porque sus características únicas pueden inspirar avances en campos tan variados como la óptica y la robótica, dejando claro cómo la naturaleza, a través de millones de años de evolución, puede llegar a soluciones sofisticadas y eficientes.